Recorrido por las angostas callejuelas de una judería virtual en la ancestral Xatafi. O no tan virtual: Una de las actividades que animan estas fiestas es el Mercado Hebreo, que podrás visitar hasta el próximo domingo 18 en la Plaza del Beso entre las calles Magdalena, Calvario y Arboleda, en el casco viejo de Getafe. Charlaremos con una de sus responsables, Raquel Vázquez, coordinadora de eventos de Glops Cultural.
Y gracias a la música de Eduardo Paniagua, Begoña Olavide, Luis Delgado, Amarok o Helena de Alfonso de Barahúnda nos transportaremos a un mercado del siglo XIII en tierras de Nablús, Canaán o Hebrón, pasearemos entre hebreos, edomitas, moabitas, ismaelitas o ammonitas recorriendo los puestos y regateando por el precio de esto o aquello. Entre los productos que ofrecen los mercaderes que recorren la ruta entre Mesopotamia y Egipto encontramos aceite, vino, legumbres, cerámica y prendas de tejidos de lana y lino. Como forma de pago: metales, marfil y especias.
[foto C.C.: José Mª Moreno Gcía. en flickr]
Ah, y haremos hueco para la agenda: El concierto de La Huella en la sala 13/14 (viernes noche), el ciclo Cuentos de Navidad 2011 del 18 al 30 de diciembre en el Teatro F.G. Lorca (teatro, títeres, ballet, clown y música para las y los peques) y este sábado 17 de diciembre a las siete de la tarde, concentración en la Pza. de la Constitución, frente al Ayuntamiento, con el lema: "Ninguna familia sin hogar. No más desahucios". Y menos en pleno invierno, y menos en plenas fiestas, y menos cuando el Ayuntamiento se comprometió a mojarse en este tema pero no acaba de poner en marcha ninguna iniciativa. Con la intención y las buenas palabras no es suficiente.
Y el siguiente texto no se refiere a las familias deshauciadas sino a la expulsión de la población judía de Sefarad, es decir, de lo que llegaría a convertirse en España. No es el único lugar en el que sufrieron persecución, las y los judíos fueron expulsados de Francia en 1306, de Alemania en 1354 y de Portugal en 1496. Así lo describió el cronista Andrés Bernáldez:
“Salieron de las tierras de su nacimiento chicos y grandes, viejos y niños, a pie y montando y en carretas, en asnos y otras bestias los Caballeros. Y continuaron sus viajes cada uno a los puertos que habían de ir, e iban por los caminos y campos con muchos trabajos y fortunas, unos cayendo, otros levantando, otros muriendo, otros naciendo, otros enfermando, que no había cristiano que no hubiese dolor de ellos.
Y siempre por do iban los convidaban al bautismo, y algunos, con la cuita, se convertían y quedaban, pero muy pocos, y los rabinos los iban esforzando y hacían cantar a las mujeres y mancebos y tañer panderos y adufos para alegrar la gente. Así salieron de Castilla”.