Los Centros Cívicos se mueven al ritmo de Bollywood


Getafe Frontal / edición nº 186
Jueves 4 de abril de 2013 / de 14:30 a 15:30h.

Bollywood es el nombre de industria cinematográfica de Bombay, en cuyas películas  (larguísimas y de argumentos clasistas y reaccionarios) las escenas musicales son capitales. Sus coloridas -y algo kitsch- coreografías han triunfado en todo el mundo. Donde antes se impartían talleres de aerobic, capoeira, funk o gym-jazz ahora domina el baile de Bollywood. En varios Centros Cívicos de Getafe así sucede y ambos van a celebrar su festival anual.

En el Centro Cívico El Bercial será el próximo sábado seis de abril a las seis y media de la tarde en el salón de actos (Avda. Buenos Aires, 2). En el Centro Cívico San Isidro (c/ Leoncio Rojas s/n), en el mes de mayo. Y en el Centro Cívico Juan de la Cierva, el sábado veinte de abril a las seis de la tarde.



También el sábado seis, pero en el Teatro F. Gcía. Lorca, actuación de Falete con su espectáculo "Mi cante y un piano", buena ocasión para reivindicar su faceta estrictamente musical. Eso sí, 25 euros por butaca.

Y como cada año, se pone en marcha Vacaciones en Paz, ya en su undécima edición. Acoge a un niño/a saharaui llamando a los teléfonos: 696 70 29 67 o 626 02 53 41 (echa un ojo a 2012: Diez años de Vacaciones en Paz en Getafe: El pueblo saharaui tiene futuro).

La idea es evitar que las y los menores sufran las temperaturas de más de cincuenta grados que se alcanzan en verano en los campamentos del desierto argelino donde encontraron acomodo hace años. Además, los niños y niñas completan la dieta que reciben en los campamentos, que suele ser insuficiente por la carencia de alimentos, y son sometidos a chequeos médicos.

Una veintena de niños y niñas saharauis,de entre siete y doce años, convivirán durante el verano con familias getafeñas gracias a esta nueva edición del programa Vacaciones en Paz. Pero las mismas autoridades que se fotografiaban antes (PSOE) y ahora (PP) con la chavalería forman parte de partidos políticos que permiten la humillación de un pueblo al que se le niega una tierra pese a que hay un referendum pendiente de celebración que Marruecos atrasa poniendo palos en las ruedas de la justicia. El resto del planeta, al menos sus mandatarios, miran hacia otro lado pero luego no se pierden una fotografía que muestre su cara solidaria.