2x1: Getafe, ¿subsede olímpica?

Viernes 17 febrero / De diez a once de la mañana / Getafe Frontal

En el año 2004 los Juegos Olímpicos se disputaron en Atenas, ¿eso ha evitado que la capital de Grecia esté mejor que el resto del país? Y seguro que a las y los atenienses les vendieron que aquel evento cambiaría la faz de la ciudad y crearía empleo. Bien, ¿dónde está esa herencia? ¿Ha aliviado la organización de la Olimpiadas la llegada de la crisis o ha colaborado a agrandarla y precipitarla?

¿Las infraestructuras del Madrid olímpico quedarán tan muertas como ya lo está  la Caja Mágica o en Barcelona el Palau Sant Jordi o el Estadio Olímpico? Grandes gastos para un uso de tres semanas (dos meses si se incluyen los Juegos Parolímpicos).

Y a todo esto, dos noticias recientes y una conclusión: Getafe se apunta a un bombardeo. Quiere ser subsede olímpica de Madrid 2020 (de remo y piragüismo) y también el lugar donde se establezca ese delirio llamado EuroVegas: Las Vegas cañí de manos de un inversor estadounidense que forma parte del Tea Party.

Lo de los mandatarios de Getafe, ¿es espíritu visionario y emprendedor o delirios de grandeza?
¿Se trata de proyectos faraónicos abocados a dejar agujeros en las cuentas públicas o el billete a un futuro prometedor?

¡Seamos ambiciosos! Vayamos a por el triplete: EuroVegas, subsede de Juegos Olímpicos y Getafe debe presentar también su candidatura para albergar el cementerio de residuos nucleares. Villar de Cañas, ponte a la cola.

Getafe opta a ser subsede olímpica de Madrid 2020 de remo y piragüismo. Es decir, toca crear un canal olímpico como hizo la organización de Barcelona’92 en Casteldefells. Ignoro si a día de hoy esos canales se usan o se pudren lentamente.

¿Es que nadie en Getafe ha aprendido de lo que sucedió y sucede en Madrid? Una parte de la deuda dejada por el ex-alcalde Alberto Ruíz Gallardón corresponde a infraestructuras para una cita olímpica que nunca llegó. Una huída hacia delante a la que Getafe se sumó con motivo de la candidatura de Madrid 2016. Y, a pesar de los recortes en el gasto público, vuelve la burra el trigo con miles de vecinos y vecinas desempleados.

¿De verdad que será beneficioso para la ciudad de Getafe? Quizás durante su construcción y durante los quince días que duran los Juegos Olímpicos pero, a cambio, hay un coste económico pese a que puedan existir patrocinadores privados.

No nos engañemos, unos Juegos Olímpicos a estas alturas son, ante todo, un negocio sufragado por grandes compañías multinacionales y cuyo calendario lo decide la cadena de televisión norteamericana que compra los derechos. Y eso por no hablar de los intereses políticos que mueve o del uso instrumental que hacen los regímenes dictatoriales y populistas.

En fin, que alguien ponga en una balanza beneficios, gastos y molestias. ¿De verdad hace falta unos JJ.OO. para que se cuide el entorno de Perales del Río? La oposición ciudadana a la celebración de unos Juegos Olímpicos no es nada nuevo: La presión por parte de las y los berlineses lo logró hace unos años.

También por estas latitudes hay viuda inteligente. En 2012 la gente de Ladinamo propuso siete razones para oponerse a la candidatura:

1. Hay  otras prioridades: El evento costará 6.000 millones de euros y en Madrid hay más de 25.000 pensionistas en lista de espera para acceder a una residencia pública o faltan más de 15.000 plazas en escuelas públicas infantiles.

2. Pan para hoy y hambre para mañana. Nos dicen que, a cambio de semejante despilfarro, se crearán 170.000 puestos de trabajo y se generará un beneficio neto de más de 6.000 millones. Pero si echamos un vistazo a las previsiones de impacto económico de anteriores Olimpiadas y otros macro-eventos y las comparamos con los resultados obtenidos, descubriremos que es falso. En Barcelona sólo se crearon 33.000 puestos de trabajo TEMPORALES en la construcción y 20.000 en hostelería que duraron exactamente los mismos días que el evento. El único indicador que registró claramente el impacto de los Juegos fue el de los precios, que subieron un 3% más que en el resto del estado.

3. El negocio, para los de siempre. Cuando los propietarios de suelo no urbanizable y los promotores quieren emprender una operación inmobiliaria a gran escala la estrategia ideal es conseguir que los organismos públicos asuman costes y riesgos. Y, ¿qué mejor manera de hacerlo que bajo la cortina de humo de un evento tan gozoso y del gusto de todos como son los JJ OO?

4. De verdes, nada. Hace falta mucha desfachatez para intentar convencer a la gente de que la organización de unos JJ OO va a fomentar mejoras medioambientales. La candidatura va a suponer la construcción, sólo en Madrid, de 93 nuevos kilómetros de vías de gran capacidad (cuando Madrid ya es la capital con más autopistas por habitante de toda Europa). Las denuncias de Ecologistas en Acción así lo confirman.

5. La dudosa utilidad del legado olímpico. Desde la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid se reconoce que la ciudadanía tiene otras prioridades. Tenemos el increíble ejemplo del velódromo de Carabanchel: cuando los vecinos de este barrio pidieron dotaciones deportivas vieron con sorpresa cómo les construían un pabellón para campeonatos ciclistas de alto rendimiento, cuya pista de madera, traída del Congo, costó la friolera de seis millones de euros.

6. Una ciudad invisible. Los colectivos y movimientos sociales de las ciudades que han albergado algún tipo de gran evento deportivo-lúdico-turístico saben de sobra que bajo la falsa unanimidad en el apoyo ciudadano se esconde un nuevo embate a cualquier forma de oposición.

7. La institución olímpica ha caído en las garras del mercantilismo más ramplón. En manos del abuelito Samaranch (ex falangista, colaborador activo del régimen franquista y un personaje turbio en todos los aspectos) el Comité Olímpico se convirtió en una empresa extraordinariamente lucrativa, sospechosa de todo tipo de fraudes y sobornos.